Sobre Nosotros
ACERCA DE NOSOTROS
Le Petit Perfumes
"El perfume como debería oler el recuerdo"
Hay olores que uno no puede olvidar. El de la abuela cuando se peinaba para salir al mercado. El de una carta escrita con tinta azul. El de la camisa que alguien dejó olvidada en una silla.

Eso somos nosotros. Le Petit Perfumes no es una marca. Es una excusa para recordar. Nacimos entre el ruido de las ciudades, pero siempre con un pie en la nostalgia. No venimos a vender lujo, ni status, ni un frasco que cueste lo mismo que un viaje a París. No. Venimos a recordarte que el perfume no es un accesorio... es una historia embotellada.
¿Qué nos diferencia?

Que no fingimos ser lo que no somos. No usamos palabras raras ni hacemos campañas como si fuéramos una joyería en Mónaco. Nuestro laboratorio es blanco, sí. Pero no frío. En él caben las risas, los errores, las ganas de probar otra mezcla “por si acaso”. Todo lo que hacemos es artesanal. Todo lo que embotellamos tiene alma. Y si nos preguntas por el ingrediente secreto, es ese: la imperfección hermosa de hacer algo con las manos y el corazón.
"No vendemos lujo. Vendemos memoria. Y la dejamos en un frasquito, con tapa gris y etiqueta única."
En Le Petit Perfumes creemos que cada aroma cuenta una historia. No hablamos de status, hablamos de calles mojadas, de cartas sin abrir, de domingos en familia, de abrazos que no llegaron a tiempo, y de los que llegaron justo a tiempo. Nacimos en Colombia, pero podríamos haber nacido en cualquier lugar donde la gente tenga recuerdos y piel.

Nuestros perfumes no están hechos para vitrinas inalcanzables, sino para bolsos cotidianos. Para el carro, para el cajón del escritorio, para la almohada. Para tu vida, no para la vitrina. Creemos en lo artesanal. Cada fragancia se formula con tiempo, sin afán, como se cocina un buen caldo o se escribe una carta de amor. Usamos ingredientes honestos, mezclas inesperadas, y la libertad de no seguir fórmulas de otros.
Nuestra Esencia
“Cuando decimos "Le Petit", no hablamos de tamaño. Hablamos de detalle. De esos pequeños gestos que hacen que algo simple sea inolvidable. Como una fragancia que huele a abrazo o a risa.”

Nuestra estética es blanca. No por frialdad, sino por limpieza, por orden, por dejar que lo importante brille: el aroma. Cada uno de nuestros frascos es un homenaje a la memoria. Por eso, no usamos filtros recargados, ni campañas vacías. Preferimos mostrarte la vida como es: a veces feliz, a veces rota, siempre humana. Y siempre perfumada.
¿Cómo lo hacemos?
En nuestro laboratorio —blanco, limpio, lleno de frascos como libros en una biblioteca— pasan cosas mágicas. No usamos máquinas que producen en masa. Usamos narices que buscan belleza. Y manos que se equivocan y aciertan, con la misma pasión.
Hacemos perfumes como si estuviéramos escribiendo una carta personal. Una que solo vos podés leer. O mejor dicho, oler.